martes, 27 de octubre de 2015

CUANDO AMANEZCA SIN NOSOTROS.



Y tal vez algún día, cuando el tiempo desdibuje lo que soy, lo que fui,

lo que todos fuimos en este instante que es la vida.

Cuando amanezca sin nosotros a pesar de nuestro empeño por brillar,

y condenados al olvido comprendamos al fin que solo somos

un grano de arena atrapado en un reloj que en su continuo girar

nos empuja hacia abajo por inercia  y todas nuestras señas de identidad

no ocupen más espacio que una fecha sobre una lápida mortuoria,

mi voz escondida entre mis versos vuele de nuevo en todos aquellos

testimonios deshojados que una vez hablaron de mí, con prudencia a veces,

a veces también entre gritos de tinta y papel atropellándose por salir.

Porque nada importa la muerte de un poeta, solo somos pequeños

vagabundos, trovadores de sueños que deben morir para que la semilla

de sus ecos unida en la tierra a tantos otros  que nos antecedieron

germine al fin  ocupando nuestro lugar en los jardines del parnaso.

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