Con alas de sangre y de barro
bebo del cáliz amargo.
Con acento, perdido en la oscuridad
de mil idiomas, canto
tristes baladas con sabor a epopeya.
Tal vez nostálgico de mí.
Tal vez nostálgico de nostalgias 
atrapadas en botellas sin Genio 
ni deseo que conceder.
Con alas de piedra y cristal
apenas me atrevo 
a enseñar al precipicio 
mi frágil presencia.
Entono canciones mudas
entre los acordes de la lira rota;
sus cuerdas rasgadas   
 me hieren los dedos 
y sangran cantares.
Con alas de fuego y de plomo
cauterizo las llagas abiertas 
de tantos lamentos apagados
en el clamor de cualquier injusticia.
La tierra recién excavada 
semeja una cuna abierta 
para tantos cadáveres 
recién nacidos al mundo perfecto,
aquel que sentencia y condena
sin derecho alguno a apelación 
o apelativo.
Con alas negras vuelo en ocasos.
Con las alas rotas sobrevivo a la vida.
 
 
