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martes, 22 de abril de 2025

De la Antología Poética La Canción de los Niños Muertos

 

Yo fui un niño que jugaba a hacer caricias de viento.

Mis manos ciegas siempre estuvieron llenas de oídos sordos,

entonces inventé las nubes que llenaron mis ojos de agua.

¡Siempre llovía en mi infancia!

Aún recuerdo el barro alrededor de mi inocencia.

Aún siento los pies mojados por aquellos charcos.

Tal vez fui un niño de otoño, ya que nací en septiembre.

Sólo recuerdo el calor bajo la mesa, el brasero apagado

y yo bajo el mantel con mis manos llenas de carbón.

¡Aquella infancia!

¡Las manos llenas de oídos sordos!

¡Las nubes de mis ojos!

Tal vez por eso siempre quise pintar palabras

y colorear al niño gris con sus manitas de carbón.

 

miércoles, 16 de abril de 2025

DEL POEMARIO TRAUMA COMPLEJO

 

Me mato lentamente en cada inhalación, de este humo que es la vida,

al fin y al cabo.

Fumar mata lentamente, pero respirar también lo hace.

Me mato lentamente en cada trago del agua amarga de la realidad diaria.

Beber mata lentamente, pero también se muere lentamente en una

sociedad agónica.

No soy dado a las drogas fuertes, huyo del discurso político que jala en los baños

y miente en los escaños.

Al fin y al cabo, la droga más dura es levantarse cada mañana para ser robado

y asesinado por el estado.

Elijo ser libre para buscar una manera decente de morir lentamente,

al fin y al cabo, morir es una elección personal e intransferible.

Ayer escribí una carta renuncia a mi representante de distrito,

renuncio a su representación en mi nombre

y al pan nuestro que me roba cada día, renuncio a su credo y su discurso.

El estado es una familia narcisista que asesina a sus hijos y a los hijos de sus

hijos por la naturaleza del escorpión.  

Renuncio a su estado y su gobierno, renuncio sí,

para vivir mi propia música lejos del concierto del Flautista de Hamelin

y sus coros y danzas democráticos.

Renuncio al insulto a la inteligencia, renuncio al atontamiento global

y sus organizaciones madrigueras.

Renuncio al odio nuestro de cada día que siembran en nuestras mentes,

a las guerras en que matan a nuestros hijos.

Puestos a morir lentamente, elijo morir en libertad

 

sábado, 22 de junio de 2019


Primero aprendí a perder, porque no puedes conocer la victoria sin aprender antes la dignidad de la derrota. Un hombre ante todo se mide por sus enemigos, los amigos son un bien escaso y fluctúan.
Perdí la inocencia entre decepciones y  falsas expectativas. También la vida, poco a poco, día tras día, inhalación tras inhalación de un puñado de aire que llevarse a los pulmones; pero eso lo supe años después. En el fondo la vida es una derrota que se camina lentamente entre espejismos, tal vez entre copas tan vacías como tu mirada, frases hechas para salir del paso y alguna “cenicienta de saldo” para llegar a fin de mes sin contar las balas del tambor del revolver.
Si eres afortunado conocerás el desierto, en el aprendes a sobrevivir a la adversidad. No hay agua allí, los días abrasan la piel y las noches te hielan los recuerdos. . De esa manera llegan las revelaciones que se hunden sobre tu pasado igual que tus pies sobre la arena ardiente que pisas, la boca seca y los labios agrietados te impelen a buscar otro horizonte. Si miras hacia atrás, solamente veras soledad en las huellas de tu camino, pero debes evitarlo o te convertirás en otra estatua de sal con vistas al pasado. 
Entonces y solo entonces    conoces la trinidad de la transformación, te elevas en cada duna que debes salvar antes de llegar a tierra de nadie. No, no existe otra tierra prometida que aquella que cubrirá tu último descanso ¡desengáñate! Tampoco existen paraísos perdidos más allá de la literatura pasada de moda. Pero puedes aprender a buscar silencio en medio del Pandemónium y encargar tu cruz en Ikea, tarde o temprano la usaras. Al final todos prefieren a Barrabas

jueves, 2 de mayo de 2019


Recuerdo aquellos tiempos en que mi infancia deshojaba margaritas.
Platero era aún pequeño, peludo, suave; Blancanieves no era feminista;
Don quijote no había traicionado a Rocinante con un coche oficial.
Entonces la lluvia era húmeda y el arte estaba a salvo en sus museos.
Después llegó la revolución de las zapatillas de andar por casa,
las boinas sin rabito y la nueva guerra de los mundos sin  H.G Wells.
El ciudadano Kane abandonó la churrería del barrio y se pasó a Starbucks.
Caperucita se esconde del lobo en todas las elecciones,
su abuela se operó los pechos en la seguridad social
y la dentadura postiza en un dentista de pago.
Ahora Pedro llega siempre con el lobo en avión privado, sus
gritos como siempre parecen no asustar a nadie.
El Flautista de Hamelin se mudó a Galapagar con su ejército de ratas,
y la parienta le toca la flauta para sobrevivir.
Vivimos en la era de la banca pública, en San Martin sacrificamos al cerdito
hucha y esparcimos jamones de barro por todo el territorio.
Bailamos en pelotas alrededor de nuestro rey desnudo,
pero los langostinos se los siguen comiendo ellos.
¡Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza! Recitan los cuervos
que leen viejos libros mientras esquivan perdigones.

martes, 29 de enero de 2019



¡Cuánto te quise!
Amé incluso el lodo de tu tierra.
La algarabía de tu imprudencia,
amé cada silencio de tu condena.
El frío de tu indiferencia me entumecía los huesos
y aun así te amaba, como un cubito de hielo
con Síndrome de Estocolmo de su congelador.
Cada rincón de mi infancia, perdida entre tus calles.
Amé a todas las mujeres que fingí amar.
Los nombres gastados, también los hombres gastados
con el mazo que inclemente golpeaba las aguas de mi remanso.
¡Cuánto te quise!
Debe ser que el amor no tiene edad, pero tiene olvido,
distancia y fecha de caducidad.
Tal vez ese amor que hoy no lamento perder
llegó enlatado como tus esquinas.
¡Tu cielo resultó ser demasiado estrecho para mis ansias!
Barrotes los picos de tus cordilleras rotas para quien nunca fue buen alpinista.
Y sin embargo ¡cuánto te quise!
Tanto te quise que te amé hasta odiarme.
Tanto te amé que me doliste durante toda mi muerte.

viernes, 25 de enero de 2019


Tu tiempo se acaba, eres como un reloj de arena con sus granos agotados.

Se acaba el tiempo de tus mentiras, de tu puño opresor, engarfiado como tus ideas,

aplastando la vida de los hombres libres.

Comienzas a ser pasado, como tus campos de exterminio, como el frío invierno 

de tus gulags sobre los huesos cansados.

Hiedes como todos los cadáveres que has dejado al paso de tu bota de hierro sobre 

la historia, eres frío como la muerte que te acompaña, metálico como el percutor 

de tu fusil y cada una de sus balas.

Se acaba tu tiempo predicador de odio, el tiempo de tus hijos malnacidos, los ojos

de las victimas te observan.

Eres rojo como un demonio, como la sangre que derramas a tu paso, rojo 

como un incendio que todo lo consume. Íncubo y Súcubo de todos los sueños rotos.

No ensucies la palabra libertad con tus fauces sangrientas, te alimentas de sangre

para vivir vampiro ideológico, anatema y conjuro satánico.

Representas a la mujer arrodillada esperando su tiro en la nuca, al niño que murió 

de hambre en tus glaciares, representas al campesino expropiado del fruto de su esfuerzo,

al hombre atropellado por tus carros de combate, al anciano asesinado por la

miseria social que  regalas a tus pueblos. Representas la mordaza, el nudo corredizo, 

la palabra asesinada, la palabra perseguida.

Tu discurso es como tus gestos, un puño amenazante sobre aquellos que te niegan.

Tu nombre verdadero es terror y genocidio, paria de la tierra, jinete del apocalipsis.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Cuando la ficción supera la realidad todos los fantasmas pasean las cadenas de su neo lengua por los rincones del reino desencantado. El pueblo pasa entonces a ser una realidad incómoda que debe ser silenciada entre aullidos de lobo y cantos de sirenas mal folladas. La justicia sigue abierta de piernas esperando tener sexo seguro con el partido político predominante y su cheque del día después, el mejor anticonceptivo inventado para impedir que la ley de a luz el verdadero concepto de justicia. Los payasos siniestros hacen malabarismos democráticos en Bruselas,  las putas de siempre siguen haciendo la calle en  la capital del Reino para escándalo  de dos viejos leones que custodian el peor tugurio de San Jerónimo. Allí las putas no tienen vergüenza, pero ofrecen a cambio todas las enfermedades venéreas del mundo en intensos y fingidos orgasmos democráticos . Te hacen un griego a cambio de una paga vitalicia y tres coches oficiales. Viajero, si pasas por Madrit, no dejes  visitarlas, no encontrarás putas más tiradas en toda Europa.