Indagar en tu mirada
es perderse en laberintos
de misterios insondables.
Algo parecido -tal vez-
a las burbujas de inquietud
al bucear por todo tu cuerpo.
Llueve sobre mojado
como en tantas ocasiones
en las que intento pasar desapercibido
sorteando cada charco de inquietud.
Tal vez no estoy preparado
para sorprenderme cada día
reflejado en aquellos tornasoles
que me anuncian la llegada
de tus labios afrutados.
Fíjate, ya llegó la primavera
y parece que fue ayer
cuando rodeado por las hojas
trotamundos escondí
mi primer beso entre tus labios.
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