martes, 5 de junio de 2012

OTRO CASO DE VIOLENCIA DE GÉNERO.

-          ¿Cómo había llegado a ésta situación? Las luces del techo desfilaban a toda velocidad a través de los ensangrentados ojos de Eva, tendida sobre una camilla que se deslizaba por el servicio de urgencias del hospital, hacia los quirófanos.

-           ¿Cómo, cómo era posible; en qué momento se le había escapado la situación                  de las manos?



Apenas dos años antes de producirse esta situación, Eva era una chica más; una de tantas mujeres casadas que vivía en una capital de provincias. Su marido trabajaba en una agencia inmobiliaria, y era un hombre atento y agradable que dedicaba el mismo entusiasmo a su familia que a su trabajo. No les iba mal, no; tenían un bonito dúplex en el centro de la ciudad, dos coches, y un sueldo desahogado, que permitía que Eva pudiese dedicarse por entero a su casa y sus dos hijas. La verdad es que Jaime la quería con verdadera pasión; tras un noviazgo de tres años decidieron casarse, aprovechando que la situación laboral del mismo había dado un afortunado giro; ascendido por sus jefes a director de la inmobiliaria. Un puesto del que su esfuerzo y dedicación le habían hecho merecedor. Jimena, la primera de las niñas, no se hizo esperar, y dos años después de Jimena, llegó Valeria.

Aquellos años, no tan lejanos, se deslizaban por los recuerdos de Eva.



-          ¿Cuál fue el desencadenante de ésa vorágine de mala suerte que despeñó su vida en común con Jaime, en qué momento se torció todo?



-          Eva, las cosas no van muy bien últimamente en la empresa, las ventas están bajando; creo que por precaución deberíamos recortar gastos. Ayer tuve que despedir a Fernando y Alberto; no sé cómo terminará ésta situación, quizás sea solo una mala racha, pero es mejor ser precavidos.



-          ¿Fue tal vez esa conversación el comienzo de todos los males? Recortaron gastos es cierto; renunciaron a aquellas cenas fuera de casa, con los amigos; vendieron su Audi A-8 y conservaron el más económico Ford Focus de Eva; ella empezó a utilizar el transporte público cuando Jaime necesitaba el vehículo, y él, arrinconó en el trastero sus palos de golf y su escopeta de tiro al plato-



-          Este mes ha sido fatídico Eva, no se vende nada, esto no me gusta, hoy me ha llegado una notificación de la central en Madrid; las cifras de pérdidas son espeluznantes.



Y Eva, comenzó a trabajar como representante de seguros, con un pequeño sueldo fijo, más comisiones; no era demasiado por supuesto, pero al menos entraba dinero extra en su actualmente menguada economía. Gracias a Dios, también disponían de unos ahorros para casos de emergencia; por si empeorase la situación.


Entonces cerraron la agencia y trasladaron a Jaime a Madrid, para recortar gastos.



-          Saldremos de esta Eva, ya verás; la empresa me deja uno de los pisos para vivir, yo me adelantaré hasta ver cómo queda la situación, no podemos permitirnos perder tu trabajo, no tal y como están las cosas.



Y Eva se enfrentó de repente a las responsabilidades de su trabajo, más las preocupaciones añadidas al tener que responsabilizarse íntegramente del cuidado de su casa e hijas. Entonces entró en juego su madre, que atendía a las niñas mientras ella estaba fuera. Los meses fueron pasando, y con ellos terminó el año 2009. El comienzo del 2010 llegó de la mano de más preocupaciones por una situación económica y laboral que parecía empeorar en todo el país, y llegó de la mano de José.

José era un chico extrovertido y alegre que empezaba a trabajar en su empresa de seguros, un chico de 26 años qué iba a cambiar toda su vida, para empeorarla; pero Eva no podía saberlo, ¿cómo podía ella adivinar las consecuencias en ese momento? Eva se encontraba cada vez más angustiada por su situación personal, más la añadida angustia al ver el desgaste galopante de su marido, tan aturdido por el cambio qué sus vidas habían sufrido; que casi parecía un boxeador completamente noqueado, sin fuerzas apenas para enfrentarse a los sucesivos asaltos del combate que mantenía.

José la hacía reír, olvidar sus problemas; y era apenas 7 años más joven que ella, esa brisa de aire fresco que la llegaba con cada sonrisa y cada una de sus bromas hizo más llevadera la situación de Eva en aquellos duros meses del invierno Abulense.



 -  Eva, te invito a cenar y tomar una copa; anímate mujer, vamos a celebrar la llegada de la primavera-

 -   No sé si debo José, además están las niñas, apenas las veo últimamente-

-  Vamos, las niñas pueden quedarse con tu madre, y tú necesitas relajarte y olvidar por un día tus problemas-



Y tras una cena y unas copas en plan amigos, para celebrar la llegada de la primavera, llegaron otras cenas y otras copas; José la gustaba, y la tentaba, y ella se dejaba gustar y tentar. Era como volver a sentirse joven y soltera, sin angustias, ni preocupaciones.

Antes de darse cuenta, Eva se había convertido en amante habitual de José, lo malo es que empezaban a agotársele las excusas para convencer a su madre de la inocencia de sus constantes salidas nocturnas, y las cada vez más embrollosas explicaciones a Jaime, que empezaba a ventear qué algo raro sucedía.



-          No puedes negarlo Eva, ya no; te vieron abrazada y comiéndote a un chico joven, te vieron entrar en una casa que no era la tuya con él, y son amigos de ambos quienes te vieron, y quienes me lo han contado. ¿Por qué me has hecho esto, por qué?



Los acontecimientos se desencadenaron de forma vertiginosa, como un alud de nieve que desbocada, lo arrasa todo a su paso.



-          Hazme caso Eva, la situación puede volverse más sencilla para ti, no le va a pasar nada, y de esta manera tu familia y tus amigos entenderán por qué actuaste así-



Cuando llegó la policía para esposar y llevarse detenido a Jaime, acusado de maltratar a su mujer, ella sintió una punzada de remordimientos, pero ya estaba hecho, era la única salida para ella, José tenía razón; era la única manera de que sus amigos y familia pudiesen entender y perdonar. Y a Jaime no le pasaría nada malo.



Cuando le enviaron la orden de alejamiento, tanto de su mujer, como de sus hijas, y él llamó angustiado para preguntar.

-          ¿por qué me haces este daño, por qué me alejas de mis hijas y me destrozas la vida; qué mal te hice yo nunca?-

Eva ya estaba perfectamente informada y asesorada por una abogada amiga de José; esta era la única manera para ella de salir con bien de la situación, y a Jaime no le pasaría nada malo, ella retiraría la denuncia tras el divorcio. Y justamente eso pensaba explicarle al ver como se acercaba a su coche con las facciones desencajadas por el dolor, por las preocupaciones y por la incomprensión; ella se lo explicaría, sólo es una situación pasajera; al final todo se arreglaría. Abrió la puerta para salir del coche, y de repente se escuchó un disparo, y todo empezó a dar vueltas a su alrededor, notaba la cara y el pecho húmedos; y una especie de ráfaga caliente la empujo hacía atrás con violencia.



Esa misma noche, los informativos denunciaban otro caso más de violencia de género:



-          “Eva Sáenz Crespo, de 33 años ha muerto esta tarde, en la ciudad de Ávila a consecuencia de los disparos producidos por su marido con una escopeta de caza, el agresor, Jaime Rodríguez Sánchez ha pasado a disposición judicial. Fuentes nos informan que la mujer asesinada había interpuesto apenas dos meses antes, una denuncia por malos tratos; La ministra de igualdad a condenado rotundamente este acto execrable, y ha anunciado que presentará en el congreso de los diputados un proyecto de ley encaminado a endurecer las penas, y así mismo encaminado a legislar leyes de prevención; más duras también, contra este tipo de despiadados delincuentes. Hoy España se viste de luto ante…”



             Otro triste caso más, de violencia de género

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