Conozco a un superhéroe, no
usa trajes vistosos ajustados marcando paquete con largas capas, nunca he visto
su silueta voladora cortando el cielo bajo la luz de la luna, tampoco tiene
supervisión. Más bien al contrario, es bajito; tiene astigmatismo y vista cansada.
Tampoco hace alardes de grandes ideales, más bien parece pragmático y en
ocasiones saca a pasear una buena dosis de mal genio, especialmente cuando
encuentra en su camino personas estúpidas que se consideran con derecho a
saberlo todo y sentar catedra. En ocasiones lo he visto agotado, como si la
vida le pesase más que los huesos y cuando eso sucede su mirada es triste, sus
silencios largos, su mejor amigo es un vaso de whisky acompañado de hielo y
algunos cigarrillos. Tal vez su único súper poder es el de sacar fuerzas de su propia debilidad
para ayudar a las personas que ama o le necesitan olvidando las ofensas con
facilidad. Tal vez más que un superhéroe es un antihéroe, pero es lo más
parecido a un superhéroe que he visto en mi vida.
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