A mi amiga Angie, con todo mi cariño, porque en ocasiones todos tenemos en la mirada una profunda noche de invierno. Gracias por estár querida amiga.
Hoy la noche ruge
como un alma atormentada a la que hubiesen liberado
de sus cadenas ardientes.
La sangre quema en cada latido
de incertidumbre
de un reloj demasiado lento.
Hoy quizás amanezca demasiado
pronto y los caballos de la aurora se desboquen por praderas estelares
sedientos de libertad.
El verso fluye inquieto,
corretea por las venas poéticasigual que un niño travieso
en una habitación demasiado
pequeña para sus inquietudes.
El silencio teje un manto
de canciones insonorasque aletargan los sentidos.
Un cigarro sestea sobre el cenicero
observando cómo el humo,
forma cordeles impacientes
a su alrededor, Aznavour
canta melancolías
mientras el tiempo se deshace
entre los dedos y todo… cobra sentido.
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