Tal vez lo que entendemos
por destino no sea otra cosa
que la lógica de Dios.
La vida que tenemos que vivir.
La muerte que tenemos que morir.
Nuestros actos y palabras,
oraciones fallidas
-
en ocasiones ni eso -
que se estrellan contra el eco
-
contra todo pronóstico -
de la lógica del propósito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.