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Ésta
es su habitación, como puede comprobar es tal como le dije, exacta a las
fotografías que publicamos en nuestra página web.
Era ciertamente una réplica exacta de lo que
pudo ser la alcoba de un joven señor en el año 1.300. Una ventana estrecha en
su parte exterior y más ancha en la interior destinada a captar y expandir la
luz, un armario de tosca madera, un gran arcón sobre el suelo alfombrado, una
cama con dosel, una mesa, dos sillas, un cortinón de gruesa tela cayendo desde
el techo de la estancia y una gran chimenea encendida formaban el mobiliario de
aquella estancia de piedra y artesonado de madera sobre su cabeza.
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¿Y
dice usted que esta fue la habitación de uno de los últimos caballeros
templarios?
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Sí,
uno de los que formaba parte del círculo más allegado de Jacques de Molay, el
último gran maestre de la orden. Se dice que fue uno de los caballeros
encargados de ejecutar sus últimas voluntades, proteger los tesoros de la
orden, ayudar a los hermanos que se hubiesen salvado evitando la dispersión, e
incluso se rumorea que se le encomendó la tarea de vengar el daño infringido
sobre la orden ejecutando a los implicados en la trama, o sus descendientes si
ellos hubiesen muerto o escapado a la venganza. Parece ser que fue un temible
guerrero, implacable ejecutor de cualquier misión que le fuese encomendada y un
terrible pasado en el que se le achacaban ciertos tratos con el maligno, debido
a lo cual ingresó en la orden del Temple para acallar rumores y proteger el
nombre de su linaje. Tras la desaparición de la orden y ejecutados el gran
maestre y sus últimos caballeros, se filtró la noticia de que tal vez aquellas
palabras al borde de la hoguera encerrasen algo más que una simple profecía:
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«
"Dios sabe quién se equivoca y ha pecado y la desgracia se abatirá pronto
sobre aquellos que nos han condenado sin razón. Dios vengará nuestra muerte.
Señor, sabed que, en verdad, todos aquellos que nos son contrarios, por
nosotros van a sufrir." "Clemente, y tú también Felipe, traidores a
la palabra dada, ¡os emplazo a los dos ante el Tribunal de Dios!... A ti,
Clemente, antes de cuarenta días, y a ti, Felipe, dentro de este año..."»
El propio Clemente V
encargó una investigación de la que no se supo más debido a su muerte un año
despues junto a la muerte de Felipe El Hermoso y la de su mayordomo.
Aunque otras fuentes
dicen que todos aquellos implicados en el exterminio de la orden del temple y
posterior investigación encaminada a destruir todo vestigio de la misma fueron
silenciados uno tras otro. Se habla de accidentes provocados, de personas
envenenadas, apuñaladas, ahorcadas y un sinfín más de tormentos a lo largo de
los años posteriores; se habla incluso de un anatema que se prolonga a través
de los siglos para todos los descendientes de aquellos que maldijo “De Molay”
antes de morir, se habla de un eterno ejecutor de su voluntad, del vengador del
Temple. Algunos vecinos comentan que algunas noches se puede ver la figura del
caballero vengador sobre su caballo de batalla, que se oyen siniestros ruidos
metálicos producidos por la armadura del caballero y su caballo buscando a los
herederos de su juramento de eterna venganza.
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Vaya
historia, si lo que pretende es llamar mi atención y despertar mi curiosidad le
garantizo que lo ha conseguido, ¿tú qué opinas Berta?
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Que
siempre te las ingenias para sorprenderme agradablemente al mismo tiempo que
satisfaces tus excentricidades, no sé como lo consigues la verdad, pero siempre
lo consigues; eres un afortunado bribonzuelo. ¿Y usted, a qué se dedica
exactamente?
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Soy
un descendiente de los mayordomos de los antiguos señores, mi familia les ha
servido desde generaciones; actualmente me ocupo de dirigir al servicio,
digamos que soy mayordomo y guardés del lugar. Cuando su marido contactó
conmigo y me explicó lo que necesitaba y los motivos supe que esta habitación
era perfecta para ustedes, digamos que tengo cierta habilidad para encontrar
las habitaciones adecuadas para cada huésped.
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Ya
veo, es usted todo un experto, debe ser herencia de familia.
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Sí
señora, seguramente debe ser eso, que disfruten de su estancia.
Berta, la mujer de
Guillermo escuchaba sonriente la historia del anciano guardés de aquella
fortaleza transformada en un lujoso lugar de turismo rural, Guillermo era muy
excéntrico, tal vez debido a su faceta de escritor y apasionado investigador,
de hecho trabajaba digitalizando todo tipo de documentos ya fuese para
entidades privadas, estatales o religiosas; le apasionaba su trabajo de tal
modo que incluso se las apañaba para coincidir con la historia incluso en
vacaciones. Su estancia en aquel curioso lugar se debía a la reciente noticia
de su embarazo, sí, Guillermo y ella iban a ser papás por fin. Así que
aprovecharon el puente del día del padre para celebrar tan feliz
acontecimiento, lo merecían realmente, especialmente tras aquel accidente en el
que sus posibilidades de concebir quedaron tan mermadas.
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¿Qué
te parece la habitación princesa? no me negarás que es una pasada; por cierto
el baño está tras aquel cortinón, es una curiosa manera de adaptar las
necesidades actuales sin perjudicar demasiado el entorno. ¿quieres darte un
baño relajante mientras yo me encargo de deshacer las maletas y colocar
nuestras cosas?
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La
verdad es que sí, me vendría muy bien, además tengo intención de aprovecharme
de esta situación al máximo de mis posibilidades.
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Aprovecha
cariño, aprovecha; mereces eso y más, no sabes la alegría que siento, pensaba
que jamás podríamos tener hijos. ¿Quieres que vaya despues a frotarte la espalda?
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Una
idea muy interesante, ¿Por qué no?
Berta despareció tras la tupida muralla de
aquellos cortinones mientras Guillermo comenzó a abrir sus bolsas de viaje para
distribuir ropas y enseres de higiene personal. Había sido toda una suerte
encontrar aquel Hotel tan apartado, una suerte encontrar también a Morice,
aquel viejo guardés tan amable y conocedor de la historia del lugar y sus más
relevantes protagonistas. Incluso le habló de una biblioteca a la que podría
facilitarle acceso, una biblioteca que contenía manuscritos y documentos sobre
la familia de aquella fortaleza-hotel; un hombre muy educado y atento el tal
Morice, incluso le facilitó la mejor habitación a pesar de haber llamado en
tiempo real, de un día para otro, aunque la verdad su suerte apenas le
sorprendía.
Es cierto, Berta tenía razón; era un
afortunado bribón, la vida le sonreía en todos los aspectos; acababa de
conseguir un contrato con el Vaticano para digitalizar documentos y códices no
sólo en Roma, si no en diversos monasterios del mundo, una aventura muy
lucrativa y apasionante para alguien como él y el embarazo de Berta vino a
colocar la guinda sobre el pastel.
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Berta
voy a frotarte bien, je je je
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Vaya,
menos mal, pensaba que tendría que buscar a alguien para suplirte jajaja.
Guillermo desapareció tras la cortina dejando
un rastro de ropa tras él. Sí, definitivamente era un hombre muy afortunado.
La cena fue suculenta, un surtido de patés y
ensalada como entrante, un suculento asado de venado como plato fuerte y una
deliciosa tarta de queso, todo ello regado con excelentes caldos de la bodega
familiar ya para concluir un relajante paseo por los jardines, bajo la luz de
la luna de la mano de Berta con un buen cigarro marca Montecristo en la otra;
sí, definitivamente la diosa fortuna le sonreía.
-
¿Te
das cuenta de que el año que viene por estas fechas ya seremos papás de verdad
Guillermo?
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Sí
cariño, me doy cuenta y soy muy feliz, te juro Berta que soy muy feliz, eres
una bendición para mí, eres lo mejor cielo.
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Shsss,
no digas nada más, llévame a la habitación, subamos.
Guillermo soltó su cigarro para abrazar a
Berta y cogidos por la cintura subieron a su habitación. Mañana tendría tiempo
de indagar en aquella biblioteca familiar pero esta noche era para Berta en
exclusiva, una noche para el amor, para las confidencias y el sexo.
-
¿Y
dice usted que le encargaron el desayuno a las 9 de la mañana y al subir les
encontraron así?
El inspector de policía tomaba notas mientras
el equipo forense se dedicaba a recoger pruebas esperando la orden judicial
para recoger y trasladar los cuerpos de Berta y Guillermo.
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Sí
inspector, envié a una doncella a las 9 como ellos me indicaron ayer, y la
pobre les encontró así; una pena eran dos jóvenes muy simpáticos, no comprendo
quien puede ser capaz de degollar a dos personas hasta casi decapitarles, y lo
más triste es que al parecer ella estaba esperando un niño; lamentablemente la
persona que se encarga del turno de noche suele dormitar en la habitación
inmediata a recepción y sólo acude si le llaman previamente, difícilmente podrá
decirles nada.
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Lo
curioso es que todo estaba cerrado, es casi como sí quien lo hizo hubiese
surgido de la nada y tras cometer los asesinatos hubiese desparecido en la
misma nada.
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Es
posible inspector, pero usted y yo ya somos mayorcitos para creer en fantasmas
¿no cree?
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Desde
luego Morice, desde luego; es sencillamente que no consigo entender quien
querría asesinar a una pareja de turistas, sin móvil aparente. ¿Cómo dice que
se llamaban?
El viejo Morice
esbozo una sonrisa, una sonrisa casi siniestra e imperceptible.
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Nogaret
inspector, Guillermo Nogaret y Berta Rodríguez
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