REFLEXIONES
DESDE EL PACÍFICO.
Es
curioso lo que el sentido de la perspectiva puede llegar a influir en nuestras
decisiones u opiniones. La perspectiva no es sólo el arte de representar sobre
una superficie plana, papel o lienzo la tercera dimensión de un objeto con el
objetivo de darle mayor profundidad o volumen, ya que aplicada al pensamiento y
la distancia nos ofrece la posibilidad de buscar distintos enfoques a una
situación que por cercana puede terminar desenfocada por nuestras
circunstancias. Situaciones concretas o abstractas que en nuestro quehacer
cotidiano pueden llegar a desdibujar su verdadero sentido en nuestra capacidad
de razonar y discernir ante lo lógico y
lo absurdo. Es sencillo dejarse llevar por la desesperación y perder la
perspectiva ante la tesitura del día a día vacío de esperanzas y reducido a una
continuidad que nos arroja a un carrusel de frustraciones en el que parece que
nada puede cambiar. No obstante el hartazgo ante esas mismas situaciones puede
arrojarnos al pozo más profundo conducidos por los expertos en representar la
tercera dimensión del problema con el objeto de darle una mayor profundidad o
volumen ante nuestros ojos o pensamiento.
Que
podamos cambiar las cosas no nos obliga a cambiarlas de la mano de aquellos que
afirman que sólo “Podemos” hacerlo conducidos por su ´experta mano´ condenando
a los disconformes a la frontera del fascismo o la corrupción, máxime cuando
esos mismos ´expertos´ demuestran un
comportamiento totalitario en su día a día plagado de continuas incongruencias,
y sus manos tan poco limpias como aquellas que condenan, y todo ello sin tocar
poder.
Que
podamos cambiar las cosas no implica que debamos cambiarlas con aquellos que
nos dicen que “Podemos” cambiarlas con ellos. Sólo un apunte más para terminar
esta reflexión desde el pacífico queridos lectores: Hitler alcanzó el poder
mediante unas elecciones democráticas y fue necesaria una guerra mundial para
desalojarle de ese poder. Aprendamos del pasado y cuidado con los populismos.
Las
cosas como son señores.
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