Oscuridad poética
que derrama sus cantos malditos
por los pliegues de mis versos
mientras un coro de ángeles caídos
buscan su lugar en el destierro.
Tal vez el lugar y el momento
no existen, porque nunca existió
lugar y momento.
Todo es un sueño, incluso
sus alas seráficas desgarradas
por el anatema de los tiempos.
Todo, todo es un sueño
escrito entre niebla, aullidos
de lobo y convidados de piedra.
Todo es un sueño, incluso
el sueño que escriben
los poetas malditos.
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