EL PAÍS DEL CARTÓN PIEDRA.
Era un extraño y lejano país en el que todas las cosas
eran de cartón piedra:
Los colegios y universidades, el sistema educativo,
los títulos, las iglesias, los organismos culturales y políticos, las personas,
la sociedad en general, en fin, todo era
de cartón piedra.
Se podría afirmar que
ese extraño y lejano país era un inmenso escenario preparado para una
mala obra de teatro en la que muchos actores interpretaban papeles que les quedaban
grandes y una minoría quedaba condenada al papel de espectadores obligados de
la bochornosa tragicomedia cotidiana. Las gentes sin embargo corrían felices
por los diversos escenarios preparados al efecto, interpretando sus tristes
papeles sin entender que fuera del escenario todo se derrumbaba porque como es
bien sabido, el cartón piedra no es muy diferente de la casa de paja del
pequeño de los tres cerditos, se
derrumba ante el soplido de aquel lobo llamado realidad.
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