El Haiku camina solo,
como el anciano y la muerte.
El samurái compone versos
y contempla su vejez
en las aguas del estanque.
Ya no nieva sobre el
almendro,
sin embargo es alargada
la sombra de la ceniza
que reposa junto a la raíz.
Nudos concéntricos,
madera sobre madera
cantando la gesta de los
siglos.
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