Quiero poner voz a tantas personas enmudecidas por la vergüenza y el silencio de
quienes sufren maltratos, quiero poner voz a las víctimas de la violencia y
denunciar a los agresores porque cada vez que uno de nosotros calla ante una
situación de maltrato una persona
inocente sigue gritando en silencio, una persona inocente sigue aguantando los
golpes cobardes que se amparan en ese silencio avergonzado. Por todos aquellos
que sufren maltratos y para denunciar a los maltratadores y a quien les
justifican quiero dejar este poema de denuncia social.
Caen
una y otra vez sobre el silencio
de
una silueta magullada por la vergüenza,
como
una cortina violenta que se corre para
vejar.
Puños
inmisericordes que dejan las huellas
digitales
del maltrato sobre la piel entumecida
por
tantas lágrimas escondidas en el armario
silencioso
de quien sufre.
Puños
cobardes que se escudan
en
el consentimiento y la mentira
para
golpear inclementes.
Llueve
sobre mojado sobre el rostro inocente
apenas
cubierto con el paraguas roto
de
una súplica sembrada en oídos sordos
y
mentes crueles y retorcidas
como
el sarmiento podrido de una vid maldita.
¡Basta
ya!
Es de agradecer e incluso ensalzar su labor contra los cobardes que se esconden tras los puños. Unos puños que en vez de usar para proteger y cuidar a sus mujeres les usan para volcar su rabia por no ser nadie,por estar llenos de miedos y frustraciones.
ResponderEliminarEs una lástima oír cómo a tu vecina la están quitando la vida y no hacer nada por ayudarla,por sacarla de ese infierno.
Mi más sincera enhorabuena por sus palabras.
Gracias Esmeralda, pero recuerda que el maltrato y la violencia también la ejercen mujeres contra hombres, mujeres contra mujeres, madres y padres contra hijos, hijos contra sus padres, incluso una madre y un hermano contra su indefensa hermana. La violencia y el maltrato deben denunciarse siempre, sea quien sea el maltratador.
ResponderEliminarUn abrazo.