Un homenaje a las
víctimas inocentes del mayor holocausto de la historia humana, los niños que
mueren cada año en todo el mundo, aquellos que la sociedad y gobiernos han
confinado en las cámaras de gas de las conveniencias sociales y el lucrativo
negocio del aborto
Yo quise nacer, y no pude.
Quise nacer en el vientre
De una madre que tuvo madre
Que le dio la oportunidad
De vivir.
Soy el llanto de un niño
Asesinado que ya no podrá
Llorar, esperando
El consuelo de un abrazo maternal.
Condenado a perpetuidad al frío
De la muerte,
Sin recibir más calor que el fuego
De la incineradora que quemó
El cuerpo del delito.
Mi pobre cuerpecito abrasado
Por las llamas de la incineradora
Social de la injusticia.
¡Culpable! Dijo la sociedad,
¡Culpable! Repitieron mis papás.
¿Culpable? ¿De qué?
No tuve palabras para defenderme,
Ni abogado, ni oportunidad.
Morí antes de nacer.
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