Un poema en ocasiones es una
herida
pero no solo de heridas vive
el poeta.
También se escribe la
carcajada de Antístenes.
El trago on the rocks entre
vinilos caducados.
El humo del último cigarro
con insomnio.
Las sábanas revueltas por la
soledad de carmín.
La mentira de un beso
prestado.
El anciano de la estación
del metro.
Aquel vagabundo del corte
ingles
y el policía despistado que
juega a perseguirle.
La palabra cicatriza cuando
tiene sentido
nunca olvides que el verso no siempre es creado o creador.
Recuerda inconsciente que el
adjetivo también mata,
el verbo es un nudo
corredizo en torno a tu cuello
al borde del patíbulo de la multitud
uniformada.
Asesina con palabras todos
tus fantasmas:
el aplauso egocéntrico
la necesidad de sentir
necesidad
la búsqueda implacable del
telonero
el acero de la indiferencia
y sus bordes afilados.
la sangre derramada por el
filo de una afirmación.
No, no escribas a los santos
inocentes
nadie es inocente en el
delito de vivir.
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