Hoy me desperté con
un pensamiento recurrente:
“La vida es como
ceniza entre los dedos del tiempo”.
Debe ser la edad pero
no puedo evitar imaginar
el final de la
existencia como colillas arrugadas
y aplastadas en un
enorme cenicero social.
Amarillos sus filtros
con manchas de nicotina.
También habanos medio
consumidos por la extravagancia.
En el fondo todos
somos fumadores,
pero no todos
consumimos la misma marca que nos consume.
Tal vez somos iguales
ante el oxigeno que nos alimenta
mientras oxida
nuestra vida, extraña paradoja.
Me gusta el oxigeno
mezclado con tabaco.
Somos bailarines con
nudo corredizo en torno a nuestras gargantas
cigarrillos medio
consumidos esperando su turno
vasos medio llenos y
medio vacíos.
Yo prefiero ser
habano, son más exclusivos que los cigarrillos
formados de a veinte
en la misma cajetilla
Su sabor es más
placentero y se alarga la fumada.
Una vez fui
cigarrillo pero detesto las marcas comerciales.
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