martes, 23 de junio de 2015

TIEMPO PRESTADO.



Pedí  tiempo prestado al destino
para tomar una última cerveza
entre tus labios, olvidando que cobra
intereses atrasados y siempre
gana en la ruleta de la fortuna.
Pero no puedo evitar esperar la noche
para escribir versos sobre tu piel
acentuada por la concupiscencia
y clamar al cielo mi pecado original
que no es otro que el de amarte
sobre todas las cosas,
tal vez porque estoy cansado
de pasar un calendario de arrugas
sobre la copa de un trago amargo
de labios que no dicen nada ni al besar.
El desierto nunca me fue desconocido,
tampoco la sed y el hastío de falsos
profetas que se adornan los domingos
para vender sus mentiras al mejor postor
mientras ocultan  cadáveres bajo sus mantos.
Prefiero rezar en la soledad
de cualquier esquina olvidada por el mundo

y volver cada tarde a tus brazos redentores. 

viernes, 8 de mayo de 2015

CON SABOR A MI PROPIA CIRCUNSTANCIA.

Considero que estoy en paz con Dios y con la vida,
por eso ahora puedo tomar cerveza en un confesionario.
Ver el futbol por matar las horas, caminar por las calles
sin pedir excusas, cruzar la vida sin pedir permiso.
Escribirle aullidos a la luna o hacer el amor con un cigarrillo
entre los labios y una copa de tequila medio llena.
Reírme de quien lleva “su virtud” maloliente en los sobacos.
No pretendo escribir poemas rancios con olor a lo de siempre,
tan solo versos impregnados de mi mismo y mi propia circunstancia,
aunque no siempre me guste el sabor de sus palabras.
En el fondo escribir es algo parecido a sacar la basura a la calle.


martes, 21 de abril de 2015

UN TAXI A NINGUNA PARTE


La noche se descuelga por cada minuto
de éste reloj somnoliento que teje sombras
con los pálidos reflejos de la luna.
Tal vez las calles vacías se lleven
en sus bolsillos la sequía de tantas horas
deshilachadas con el cambio justo
para tomar un taxi y dirigirse a ninguna parte.
En el fondo todo es un dirigirse a ninguna parte
mientras soñamos que la vida existe
entre los labios de cualquier beso despistado
con la suficiente humedad para calmar la sed
de cualquier madrugada apresada entre dos copas
con mucho hielo y soledad concentrada.
Tal vez hoy estoy borracho de mí mismo
y se me escapan ríos de versos por las mejillas,
mientras recuerdo que los recuerdos duelen
como cartas sin escribir y palabras ahogadas
entre el orgullo y la indolencia.
Quizás lo único que tenemos en la vida
es sencillamente la propia vida.

viernes, 10 de abril de 2015

CRÓNICAS DE UN PUEBLO FANTASMA.

Nací en uno de esos lugares que uno jamás elegiría por propia voluntad. Un pueblucho del que es mejor salir cuanto antes para volver lo menos posible. Si existiese un centro geográfico de la mediocridad, la envidia y la mala leche ignorante... ese triste villorio sería sin duda la capital del reino. Tengo recuerdos felices de él ciertamente, pero casi todos ellos ligados a la infancia y arropados por la inocencia que da la misma. Tal vez con los lugares ocurre lo mismo que con las personas, y vistos desde la niñez  se elevan para ir bajando en la misma medida que crecemos en edad y uso de razón. Lo cierto es que dejando a un lado los pequeños vestigios monumentales de un  pasado con cierta gloria y cultura sumados a la huella que dejaron algunos personajes relevantes en la historia (personajes que de seguro no volverían ni a golpe de fusil) más los restos de un entorno aceptable para hacer turismo de pocos días y adiós, aquello es lo más parecido a una ciudad fronteriza del viejo oeste con todo un repertorio de villanos tontos, villanos malos y los pocos que intentan sobrevivir a las consecuencias de los actos de los dos primeros.
Tal vez suene mi relato a ingratitud, ¿pero que gratitud se le debe a un triste pueblucho (o sus habitantes) que siempre fue ingrato para con aquellos de sus hijos que intentaron darle lo mejor que de ellos mismos podían? en fin, sin entrar en demasiadas disquisiciones filosóficas sobre la gratitud, el bien y el mal lo cierto es que cada cual cuenta la guerra según la vivió y esto no deja de ser un relato fruto de la imaginación y con las pertinentes licencias que cualquier autor se toma al escribir.


En teoría situaremos dicho villorio en la meseta central más bien orientado al sur de una cordillera como tantas otras en España, uno de esos pueblos con castillo, iglesia y puente románicos, un convento santuario de una de tantas órdenes religiosas, algún viejo palacete que se queda (como el resto de la población) en pura fachada y ruinas en su interior, y vestigios de poblados celtas salpicando su entorno devastado por los fuegos y la baja calidad moral de sus gobiernos municipales sin excepción sumados a la indolencia envidiosa de sus habitantes.
Ya situados literaria y geográficamente en éste relato ficticio podemos (creo yo) desarrollar la pequeña historia de uno de tantos habitantes del mismo.


Se levantó como cada mañana, asustada.
En el fondo siempre supo que jamás sería nada, que lo único bueno que había en ella es lo que fue capaz de arrebatar con mejores o peores intenciones a la vida para compensar lo que nunca podría llegar a ser por sí misma, y cuarenta años después el espejo le devolvía con burla la imagen de su verdadero rostro: arrugas, vulgaridad, arribismo y frivolidad.
Un embarazo no deseado, un matrimonio prematuro, otro embarazo, deseado esta vez y un patético curriculum como empleada de tienda, sin talento, sin escrúpulos sumados a su insana ambición era toda la suma de sus logros en la vida. Al menos el destino, aunque fuese por accidente le dio el compañero adecuado, tan mediocre, vulgar y arribista como ella misma, y un simpático hermano menor haciendo el papel de perrito faldero de la casa entre permisos.
Se pellizcó las mejillas ante su propio reflejo rodeado por algunos estantes con libros jamás leídos y novelas baratas de amor que tal vez la ayudaban a soñar con una realidad distinta mientras maquillaba una mañana más la máscara de sus facciones envejecidas y desencajadas por demasiados años de insatisfacciones. En el fondo, y ella lo sabía; su casa, su familia y su día a día le hacían sentir que eran poco más que unos tristes gusanitos de seda encerrados en una cajita con hojas de dinero, algunos perros y ninguna posibilidad de transformarse en crisálida.

Una vez vestida tomo su automóvil para incorporarse al cauce de esa pequeña marea humana no muy distinta a ella en sus diversas circunstancias, y dejar pasar las horas de una existencia vacía e inútil, como tantas otras en esa pequeña localidad fantasmática. 

jueves, 12 de marzo de 2015

SÓLO SUEÑO QUE ESTOY SOÑANDO.



Despierto sudoroso y con la boca pastosa de silencios,

sin embargo la noche es refrescante

y la brisa marina se desliza por las cortinas abiertas

de una terraza con la mirada perdida en la ensenada.

Me siento inquieto ante un presentimiento

que intenta nacer entre anticonceptivos demagógicos

y no entiendo la pregunta formulada

con interrogantes encadenados. Un sofisma repta

entre los labios del político de turno, tal vez sea la imaginación

o su lengua bífida, pero no consigo comprender su verdad.

La verdad es que no comprendo la verdad más allá

del obrero que llora las horas de sudor y hastío

mientras sueña con reconstruir las ruinas de su hogar.

Tal vez no entiendo de castas o comprendo

que la semántica es una excusa para engañar las circunstancias.

Es un mal sueño del que nunca te despiertas del todo,

ya que los sueños están regulados por decreto ley

para proteger la libertad de los custodios de la democracia.

En el fondo todos somos estatuas de sal

que rinden pleitesía a gigantes con los pies de barro

y las manos teñidas de oro y sangre.

O tal vez sólo sueño que estoy soñando.

sábado, 28 de febrero de 2015

En el fondo uno más de tantos. (microrelato)


Luisito era un triste personaje con tanto pelo cómo humanidad. Le gustaba usar faldas desde siempre, con predilección por los tonos marrones con capucha a juego, tal vez por cubrir su calva además de sus falsas apariencias. Nunca fue alegre ni cuerdo, la verdad, pero sí una gran mala persona que jugaba a no serlo. Luisito era también cobarde y mezquino, con pocas luces y grandes deseos de hacer pagar al mundo todas sus frustraciones. Nunca encajó demasiado bien en lugar alguno debido a su sociopatía. Necesitaba encontrar el lugar adecuado para desarrollarse, esconderse entre personas como él. Hace algunos años comenzó a sentirse realizado como sacerdote en una de tantas órdenes religiosas de la iglesia católica. Hoy por fin consigue levantarse cada día sabiendo que está en el lugar adecuado para dar rienda a suelta a toda su maldad apoyado por una gran institución que persigue los mismos fines que él.

martes, 24 de febrero de 2015

CUIDADO CON LOS POPULISMOS

REFLEXIONES DESDE EL PACÍFICO.
Es curioso lo que el sentido de la perspectiva puede llegar a influir en nuestras decisiones u opiniones. La perspectiva no es sólo el arte de representar sobre una superficie plana, papel o lienzo la tercera dimensión de un objeto con el objetivo de darle mayor profundidad o volumen, ya que aplicada al pensamiento y la distancia nos ofrece la posibilidad de buscar distintos enfoques a una situación que por cercana puede terminar desenfocada por nuestras circunstancias. Situaciones concretas o abstractas que en nuestro quehacer cotidiano pueden llegar a desdibujar su verdadero sentido en nuestra capacidad de razonar y discernir  ante lo lógico y lo absurdo. Es sencillo dejarse llevar por la desesperación y perder la perspectiva ante la tesitura del día a día vacío de esperanzas y reducido a una continuidad que nos arroja a un carrusel de frustraciones en el que parece que nada puede cambiar. No obstante el hartazgo ante esas mismas situaciones puede arrojarnos al pozo más profundo conducidos por los expertos en representar la tercera dimensión del problema con el objeto de darle una mayor profundidad o volumen ante nuestros ojos o pensamiento.
Que podamos cambiar las cosas no nos obliga a cambiarlas de la mano de aquellos que afirman que sólo “Podemos” hacerlo conducidos por su ´experta mano´ condenando a los disconformes a la frontera del fascismo o la corrupción, máxime cuando esos mismos ´expertos´ demuestran  un comportamiento totalitario en su día a día plagado de continuas incongruencias, y sus manos tan poco limpias como aquellas que condenan, y todo ello sin tocar poder.
Que podamos cambiar las cosas no implica que debamos cambiarlas con aquellos que nos dicen que “Podemos” cambiarlas con ellos. Sólo un apunte más para terminar esta reflexión desde el pacífico queridos lectores: Hitler alcanzó el poder mediante unas elecciones democráticas y fue necesaria una guerra mundial para desalojarle de ese poder. Aprendamos del pasado y cuidado con los populismos.

Las cosas como son señores. 

miércoles, 11 de febrero de 2015

THAT IS THE QUESTION.


Tal vez es el momento y el lugar adecuado, quizás no exista un mañana, incluso éste aquí y ahora pueden ser un espejismo. En cualquier caso todo es un páramo y el camino se desdibuja en el horizonte. ¿Dónde dirigirse en esta tesitura, que bifurcación tomar cuando la experiencia te ha llevado por todos los caminos?
¿Qué fue ayer, qué es hoy? ¿soy tal vez un aguja solitaria en la esfera de un extraño reloj que gira siempre en torno al mismo fracaso?
En ocasiones no tengo claro en qué consiste el concepto del tiempo más allá de hacernos sentir que la vida circula a demasiada velocidad por las autopistas del propio tiempo y antes de darnos cuenta, nos hayamos tirados en cualquier área de descanso de ninguna parte con más arrugas en el alma que en la piel, con los huesos gastados y mirando con estupefacción aquel cartel de “cerrado” sobre nuestra propia juventud cada vez que nos miramos al espejo, pensando en las malas pasadas que pueden jugarnos nuestros propios deseos.
¿Qué yo es más real, el que me contempla desde dentro del espejo, o el que mira desde fuera intentando adivinar qué yo es más real?
¿Existo realmente o soy una proyección del pensamiento de alguien?

puede que incluso sea poco más que un personaje literario en la mente de cualquier escritor que no tiene nada más interesante que hacer, que escribir otro aburrido relato breve que no tiene ningún sentido, es posible que incluso mientras escribe estas chorradas que pone en mi boca, esté pensando en la birria de relato que escribe por llenar las horas de alguna manera. ¡Oye tío deja de escribir sandeces y tomate una cerveza o hecha un polvo!, sí, eso diría si realmente soy fruto de la imaginación de cualquier junta letras con perfil en Facebook.

lunes, 9 de febrero de 2015

CANTO A ESPAÑA.



Te veo en la distancia, en altiva contemplación
de tus ruinas y cascotes.
 Hidalga patria,
 algarabía de voces calladas,
de bocas hambrientas de sueño y pan,
te contemplo en el espejo transoceánico,
distante y fría, como si viviese en tus calles.

Es cierto, hogar, casa y tal vez infierno
en ocasiones. Es cierto
que no camino por tus calles,
pero igual me duelen tus barros,
los barros con que se construyen
los pies de tus ídolos
de cuerpo fétido y mente en coma.

Paseo por mis recuerdos y mis tal vez
con cierta melancolía desganada
y omito chascarrillos enarbolados
con aire de dignidad indigna,
tal vez por no parecerme

a la dignidad selectiva de tantas 
 
conciencias pagadas o adormecidas
en el laurel ideológico 
de cualquier escaparate.

Hogar de héroes sin pedestal
cuna de canallas encaramados
en los altares  de la conveniencia.
Forja de espadas rotas y cadenas.
Cantar de gesta del deslenguado
oportunista.

Es cierto,
¡ te contemplo y me dueles,
Como duele la sangre y el latido!
Es cierto,
¡ te contemplo y me dueles
como duele la muerte

martes, 3 de febrero de 2015

PACÍFICO




Amaneces pacífico y verde
como los ojos del amor,
húmedo edredón de sueños
y barcos pesqueros
que se mecen en tus brazos
buscando el sustento.
Reino de un Neptuno sin corona
entre jardines de algas y corales,
arena y horizonte que abraza
con el cielo, lo divino y terrenal.
Canción de cuna en la orilla
nocturna de Coquimbo,
y balada para amantes.
beso acuático que en las noches

se acerca para besar la tierra.