miércoles, 31 de octubre de 2012

RÉQUIEM POR UNA SUCIEDAD.


Los dados siguen rodando
con sus números borrados
y el efecto dominó
es un alud nuclear.
Las cartas estaban marcadas
y la venda se aflojó
en el momento más inadecuado.

La razón se encuentra
en coma etílico
y desvaría semi desnuda
por pasillos legislados
de prostitución institucional.

La bola negra
baila la danza del vientre
sobre un tapete desgarrado
golpeada por puños
sordomudos con gangrena.

Cabezas deformes,
cuerpos metro-sexuales
y bolsillos de arpillera
es todo lo que queda.
Creo que hemos perdido.

jueves, 25 de octubre de 2012

El problema no puede ser la solución al problema.


Corría el año 1915 cuando José Ortega y Gasset escribió en la revista España la siguiente afirmación: 

 “Hay que confundir los partidos políticos de hoy para que sean posibles mañana nuevos partidos más vigorosos”.


Hoy más que nunca cobra sentido la frase de D. José aunque no en su término exacto. No debemos confundir en absoluto los partidos actuales. Es imperativo arrinconarlos electoralmente hasta su desaparición y con ellos a las actuales castas endogámicas, corruptas y mediocres que dirigen nuestra ineptocracia bipartita ppsoe si queremos que exista un mañana para el pueblo español y dar paso a una nueva generación de políticos capaces y honrados que afronten los problemas con miras de estado, vocación de servicio y sentido de patria. España es un barco a la deriva y escorado, es imposible que los actuales partidos de izquierdas o derechas (nacionalismos especialmente) que son los responsables de los graves problemas que padecemos pueden ser al mismo tiempo la solución. Un cáncer jamás puede curar otro cáncer, el cáncer son los partidos políticos y las autonomías la metástasis que han generado. El cáncer debe ser extirpado si queremos sobrevivir como Nación y sociedad. 

martes, 23 de octubre de 2012

NECESITO LOS SILENCIOS.




Necesito la constante
de mí mismo,
no puedo navegar
a la deriva del libre
albedrío de las emociones
cambiantes, o el rumbo
incierto del aquí y ahora.

Sé que me dueles en el alma
y olvidarte es tan sencillo
como dejar de respirar,
o caminar con los ojos vendados
aunque me esperen
nuevos horizontes
alejados del abrazo
inconsistente y puntual
que surge tan esporádico
como su marcha.

Nuevos brazos tal vez,
tal vez nuevas miradas
que me recuerden la incertidumbre
de tus pasos agotados,
o el gesto conformista
de la aceptación premeditada
en aquel silencio predispuesto.
Necesito los silencios,
tal vez para volver a encontrarte,
tal vez para volver a encontrarme.