domingo, 21 de mayo de 2017

ALEGORÍA DE LA CAVERNA.



Tus fauces abiertas, el hedor que desprenden tus figuras
atadas bajo mil hogueras que proyectan sombras chinescas.
Más allá no hay nada, tus dominios son un lago de sangre.

¡La luz, oh sí, la Luz!

Figuras simiescas danzando en torno a la misma demagogia.
Tenemos vísceras en oferta aquí en la feria de pulgas,
tenemos también circo  y  nos crecen los enanos.
Vuelve la era del todo en blanco y negro, el gris se mitiga
y una urna se lava los dientes para quitarse  restos
de los miembros amputados de la antigua sociedad.
Yo quise ser poeta para escribir el romanticismo
pero el romanticismo se me escapa por la vida agónica
y no existe nada más romántico que un beso con lengua
entre dos muertos asexuados – los muertos del día ya no tienen sexo-
Tengo los dedos rotos por la escalada, el miedo instalado por la impotencia
de no poder mirar atrás, no quiero ser otra estatua de sal en el camino.


¡ La luz, oh sí, la luz!