jueves, 18 de agosto de 2016

CAFÉ CON SAL PARA UNA PESADILLA
















He soñado con Dios
me dijo que no podía dormir
en la pesadilla del mundo.
Falsos apóstoles
de la democracia y religión
le quitaban el sueño.
La cruz despedazada
yacía bajo la sombra
de sus lágrimas.
Sus bordes, oxidados
por tantas monedas
de plata, resquebrajados.
Quise cantarle una canción
pero mi boca estaba pegada
por la sed de justicia
llagada por hambre de libertad.
Compartimos un silencio
Le invité a tomar café
y me pidió sal para endulzarlo.