viernes, 30 de diciembre de 2011

¡ES EL HOMBRE QUIEN TE SIENTE Y EL POETA QUIEN TE CANTA!


 
Hoy me bailas en el alma
al llegar y despedirte,
¡pequeño duende travieso
que me corre por la sangre
como un torrente fresco!

La tarde a tu lado florece entre mis dedos
peregrinos de tu seda,
¡Y formo caracolas de suspiros
con las yemas de mis versos inquietos!

Hoy tal vez, -¿qué cosas no?-
empiezo a conjugarte en futuro definido,
encerrando en el baúl del pasado los temores de la vida.

Hoy te he sentido en cada segundo,
conjurando sortilegios de caricias
por acompañar el hechizo acrisolado
de tus iris.

Hoy te he encontrado entre los paréntesis
de aquel silencio compartido
en el que los labios trémulos buscaban
una excusa para beber del mismo beso,
arropados por el manto  aterciopelado
del tiempo detenido en nuestro abrazo.
Los latidos galopaban desbocados
por la senda de tu cuerpo, recostado
sobre las notas ingrávidas de aquella
vieja canción.

Hoy me visto de poeta para amarte
con mayúsculas, entregándole
a tu vida mi sentir de trovador.
Ya ves amiga mía, mi pobreza
es tal que sólo tengo aquellos pétalos
para escarcharte de húmeda poesía.

Sin embargo ya ves, ahora escribo
mil caprichos al oasis que mana bajo tus párpados,
pellizco el néctar del dátil jugoso con mi boca ávida de ti.
Cosmonauta en la seda de tu constelación
recorro tu cuerpo celeste con el decoro
que exige el amor y  mis dedos encallecidos
por la torpeza del solitario.   

Perdona amiga mía la cascada de emociones,
pero sabes, sólo sé querer de una manera.
Y te amaré con el alma en cada beso que  espera.
Con el corazón impaciente, igual
que un chiquillo que en noche de Reyes
sueña con la ilusión de su regalo.

Perdona el atrevimiento del bardo impetuoso
que te canta con ternura entre las cuerdas de su lira
¡Qué es el hombre quien te siente y el poeta quien te canta!

viernes, 23 de diciembre de 2011

¡ES CÓMO UN SUEÑO!



Si sabes llegar a mí cogeremos rosas
en aquel prado reverdecido de sonrisas,
beberemos juntos en el manantial
de la mirada correspondida,
corretearemos como dos muchachuelos
por la senda del comienzo;
allí, donde el tiempo florece en tu presencia
escarchado por gotitas de inquietud.

Allí donde vuela el pensamiento
para besar cada mechón de tu cascada,
respirando la brisa de tus ecos.
Tú no sabes cuantas noches he soñado
con aquel clavel marchito
que florece ahora en tus pétalos rosados
abiertos en forma de beso.

¡Ha sido tan largo el invierno, y tan gélido!
que me abruman los primeros rayos
de tu compañía. Sin embargo, ya ves;
hoy me quité el largo abrigo en tu presencia.
No fue fácil, aunque pude conseguirlo
con palabras temblorosas y varios cigarrillos.
No pretendo ser valiente, todo lo contrario;
sabes bien amiga mía que mis crueles cicatrices;
aún se resienten en los cambios.



Sabes bien amiga mía que la sombra del temor
es alargada a mis espaldas, sin embargo
 hoy te escribo a cappella; aún a riesgo
de que quiebre el corazón en la garganta.
Aún recuerdo aquella noche de naufragio
en que un río de nostalgia fluía perezoso
por el cauce de una madrugada  
entre dos guitarras medio adormecidas
y unos versos apresurados
que cantaban cementerios de recuerdos.

Aún recuerdo el paraguas abierto
bajo aquella lluvia inclemente, aún
la tormenta silenciosa abatiendo el alma.
Y tantos vasos llenos de amargura  
y desengaño que apenas podían
contener un mar de lágrimas.
 Sin embargo hoy me parecido descubrir
el arcoíris en la calma de tus gestos,
¿y sabes? ¡es cómo un sueño!

martes, 13 de diciembre de 2011

VAPOROSA.

Hace tiempo fui más humano
que poeta.
Abrumado por las modas pasajeras
me perdí en laberintos de inquietudes
peregrino de la senda de las musas.

Pero no me hagas mucho caso;
en ocasiones pienso
que no soy más que la sombra
de otro siglo, con las alas de la vida
muy gastadas, tal vez demasiado
para esbozar una sonrisa de largos vuelos.

¡Pero ahora!
Te pronuncio en sortilegios de palabras,
e imagino que sería descubrirte
con el cómplice silencio de una noche
arropado por la seda de tus brazos.

Hace tiempo, creo que fui más humano
que poeta.
Con los ojos escarchados de tristeza
en la gélida mirada de un invierno.
Pero no me hagas mucho caso,
porque en ocasiones pienso,
no ser más que un sollozo a largo plazo.

¡Pero ahora!
Yo deshojo tu nombre en margaritas,
acaricio en su tallo tu cintura
vaporosa y fugitiva como un sueño.

sábado, 10 de diciembre de 2011

DEBO SER DE OTRO PLANETA.

Hoy a me sorprendí
pensando que te quiero,
mas o menos igual que ayer noche
o esta mañana al levantarme.

¿Es absurdo quererte a lo platónico?
Ya sé que el sexo está  tan de moda,
 que incluso algunos sapos que alardean
de progresistas se permiten
dar clases de pedofilia a inocentes jovencitos,
aquellos que sobreviven a sus leyes asesinas.

Debe ser eso que ahora se conoce
como normalidad.
Pero fíjate, que tal vez yo deba ser
de otro planeta, uno
en el que crecen pensamientos racionales.

Porque, fíjate, hoy me he vuelto a sorprender
 pensando en que te quiero,
mas o menos igual que ayer noche,
o esta mañana al levantarme.

Sin cumplir la norma establecida
de ser un metro sexual sin riego
en el cerebro.
Yo me inquieto ante el rubor de aquella
rosa que imagino entre tus manos,
ante el sabor de aquel beso
que imagino entre tus labios.

Y me inquieto, amiga mía,
en esos versos tuyos
que me tienen atrapado.

lunes, 5 de diciembre de 2011

FLORES DE HILO






FLORES DE HILO.

Mimí, quedó atrás en el camino
con su carita arropada por la luna.
Y Rodolfo, escribe melancolías en lápidas
mortuorias.

París, se estremece con la escarcha de la ausencia.
En Momus, la carta lleva un nuevo plato:
“El Réquiem De Schaunard”
Marcello, pinta corazones rotos en blancos sudarios.
“La vida no tiene un final feliz” sentenció Colline.

Mimí se marchó, con la tos carmesí entre sus labios,
y llueven en las calles, lágrimas de poeta
sobre aquellas flores de hilo que nunca se bordarán.

Bella como un atardecer, se fue.
¡Qué manita más fría! Dijo la muerte.