sábado, 30 de abril de 2016

TXUS



Txus se despertó una vez más de madrugada con esa sensación de opresión en torno a su vida, esa extraña y terrorífica sensación de estar sujeto a cables invisibles que movían sus circunstancias por él. Marioneta del destino, si existe algo parecido, o tal vez un lanas más que no termina de enterarse de que las buenas intenciones no escapan sin castigo. Las horas restallaban como látigos en sus sienes en una noche interminable y oscura que se cerraba en torno a sus aspiraciones de vida sencilla como la tapa de un ataúd. Tal vez soñar solo consistía en dormir en una pesadilla sin final con descansos en duermevela para fumar un par de cigarrillos.

Se vistió lentamente y decidió salir a caminar sin rumbo por un mapa desolado con la brújula averiada, caminar hace bien y te deja tiempo para no pensar demasiado. El problema es que Txus no se daba cuenta de que llevaba toda su vida caminando tras sus propias huellas mientras otros ante él iban borrando su rastro, en el fondo era otra silueta borrosa más en el dibujo abstracto de un lienzo podrido tras el eco de una carcajada que no terminaba de alcanzar.