martes, 21 de agosto de 2012

¡BASTA YA!


Quiero poner voz a tantas personas enmudecidas por la vergüenza y el silencio de quienes sufren maltratos, quiero poner voz a las víctimas de la violencia y denunciar a los agresores porque cada vez que uno de nosotros calla ante una situación  de maltrato una persona inocente sigue gritando en silencio, una persona inocente sigue aguantando los golpes cobardes que se amparan en ese silencio avergonzado. Por todos aquellos que sufren maltratos y para denunciar a los maltratadores y a quien les justifican quiero dejar este poema de denuncia social.




Caen una y otra vez sobre el silencio
de una silueta magullada por la vergüenza,
como una cortina violenta  que se corre para vejar.
Puños inmisericordes que dejan las huellas
digitales del  maltrato sobre la piel entumecida
por tantas lágrimas  escondidas en el armario
silencioso de quien sufre.

Puños cobardes que se escudan
en el consentimiento y la mentira
para golpear inclementes.
Llueve sobre mojado sobre el rostro inocente
apenas cubierto con el paraguas roto
de una súplica sembrada en oídos sordos
y mentes crueles y retorcidas
como el sarmiento podrido de una vid maldita.
¡Basta ya! 

lunes, 6 de agosto de 2012

VIVAN LAS CAENAS.




Cuanto más veo más nostalgia siento del mundo que nos entregó Ayn Rand en su Rebelión de Atlas. No existe día con un momento dedicado a reflexionar sobre las consecuencias reales de una huelga a gran escala, una huelga y un retiro a un lugar en el que las personas decentes pudiésemos desarrollar nuestra vida y aptitudes lejos de los saqueadores y sus ejércitos de fieles consentidores.
Hace bastante tiempo que no siento otra cosa que escepticismo en general, veo el día a día, leo con autentico recelo y terror todo tipo de comentarios, contemplo situaciones inverosímiles aceptadas con normalidad,  observo aburridos debates que terminan por ser un soliloquio compartido y aceptado sobre lo políticamente correcto, paseo por unas calles llenas de almas muertas, de personas agotadas y sin ilusión alguna. Siento sin poder evitarlo el sanguinolento rastro que ha dejado la política  en un país que un día me llenó de orgullo y actualmente lo hace de desconfianza y una sensación muy parecida a la nausea.
No se puede luchar contra el sistema desde el sistema, ellos lo saben, lo tienen previsto y atado. No nos darán cuartel, quieren nuestras almas, nuestros cerebros, nuestro esfuerzo; son vampiros aferrados a nuestra carótida alimentándose del flujo vital y dejándonos apenas lo necesario para mal vivir dentro de un caparazón con apariencia humana en una sociedad cruel, totalitaria e inhumana disfrazada de buenismo. Es en definitiva la peor de las dictaduras, ya que está vigilada y defendida por la más letal de las armas: LA ACEPTACIÓN DE  NUESTRA CONDICIÓN DE ESCLAVOS difundida desde casi todos los ámbitos.
 Nacemos a un mundo que  adoctrina cada segundo de  nuestra existencia con la finalidad de (al más puro y terrorífico estilo orwelliano) no sólo convencernos de aceptar y obedecer al gran hermano, si no de  amarlo también. Hace demasiado tiempo que vivimos en 1984, tanto que somos incapaces de recordar si realmente fuimos libres en alguna ocasión o todo forma parte de un sueño conspirativo del que somos incapaces de escapar.
Lo más terrible es que a diferencia del mundo de Ayn, en el mundo real carecemos de la valentía y los medios necesarios para escapar a nuestras cada vez más pesadas y opresoras cadenas.