Quiero poner voz a tantas personas enmudecidas por la vergüenza y el silencio de
quienes sufren maltratos, quiero poner voz a las víctimas de la violencia y
denunciar a los agresores porque cada vez que uno de nosotros calla ante una
situación de maltrato una persona
inocente sigue gritando en silencio, una persona inocente sigue aguantando los
golpes cobardes que se amparan en ese silencio avergonzado. Por todos aquellos
que sufren maltratos y para denunciar a los maltratadores y a quien les
justifican quiero dejar este poema de denuncia social.
Caen
una y otra vez sobre el silencio
de
una silueta magullada por la vergüenza,
como
una cortina violenta que se corre para
vejar.
Puños
inmisericordes que dejan las huellas
digitales
del maltrato sobre la piel entumecida
por
tantas lágrimas escondidas en el armario
silencioso
de quien sufre.
Puños
cobardes que se escudan
en
el consentimiento y la mentira
para
golpear inclementes.
Llueve
sobre mojado sobre el rostro inocente
apenas
cubierto con el paraguas roto
de
una súplica sembrada en oídos sordos
y
mentes crueles y retorcidas
como
el sarmiento podrido de una vid maldita.
¡Basta
ya!