martes, 22 de marzo de 2011

Eduardo, con un día de retraso, feliz día de la poesía.

Ayer fue el día internacional de la poesía, por circunstancias ajenas a mí, no pude ni supe expresar mi sentir.
Con un día de retraso quiero regalar a quien no sólo es un amigo, si no, casi un hermano, un ser humano en toda la extensión de la palabra, alguien con una calidad humana increíble.
Mi amigo se llama Eduardo Blázquez Mateos, mil gracias amigo, por ser, por estar a mi lado, por animarme siempre, por apoyarme, por creer en mí. Si hoy dejo este poema es porque tú estuviste a mi lado cuando comencé, si ayer escribí un relato corto es por las mismas razones, esta elegía forma parte de mi cuarto poemario: A CONTRALUZ.
Allá, en lo más profundo del destino caprichoso, donde quiera que me encuentre o te encuentres tú, te quiero amigo mío. Quiero regalarte y dedicarte especialmente esta elegía a Federico García Lorca, un poeta que nos une entre tantas otras cosas. Un hombre que tuvo la desgracia de vivir y morir en unos trágicos y fratricidas años. Su delito, el de tantos otros seres inocentes, que son casi siempre las primeras víctimas de cada guerra, no pertenecer a ningún bando y atreverse a decir lo que pensaba, a vivir acorde con sus principios y estar por encima de mezquindades y envidias.
Un gran abrazo Eduardo, de todo corazón.

 A FEDERICO GARCÍA LORCA.


Poeta de grana y oro
Perdido entre olivares
¡La luna llora la ausencia
De tus gitanos cantares!
Granada se viste de luto,
Te lloran los inmortales.
¿Quién violentó en tu pecho
El carmesí de tu sangre?
Te cantará nanas Selene
Allí donde te encontrares.
Y saldrán a buscarte
Toreros, ¡A las cinco de la tarde!
¡Tanto verso perdido!
¡Tanto genio malogrado!
Por versos de odio encendido,
Entre plomo y fuego derramados.

A mi amigo Eduardo, por tantas cosas que nos unen.

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