lunes, 9 de abril de 2012

POEMA SIN NOMBRE


Existen días en que la primavera pierde su olor y los poemas su nombre.


¡Querida amiga cuéntame tú
que me conoces desde siempre!
incluso antes que yo me conociese
o te conociese a ti.


Cuéntame por qué en tardes
como esta recojo azucarillos de tristeza
para endulzar las horas de esta soledad
que amarga como un poema sin final.


Contéstame amiga, dime qué motivo
me impulsa a escribir poemas sin nombre
o  jugar a las adivinanzas con un adiós
que se acerca a mi conciencia
con garras teñidas de escarlata,
arrastrando los muñones de excusas amputadas.


Explícame amiga por qué no suena
el mar en aquella caracola que encontré
hace tanto tiempo en los bolsillos
del abrigo marinero que colgaste tras la puerta
de aquella primera tarde.

Tal vez no recuerdes aquella llovizna ocasional,
fíjate yo tampoco recuerdo el paseo
con olor a salitre y los dedos
teñidos de versos por escribir.

Ahora que lo recuerdo,
tampoco recuerdo en qué momento
exacto comprendí, que en ocasiones
los besos amargan como un silencio
que se presenta sin ser invitado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.