martes, 26 de junio de 2012

LA GRAMÁTICA DEL SILENCIO.


Ínsula de barataria
piélago de incertidumbres
que conduce a la caleta
de las horas divorciadas
sin más abogado
que aquel niño desnudo
de toga sin derecho a réplica
ante el juez del mazo roto.


Sombra, y como sombra
se aleja ante la proximidad
de cualquier intención
y se acerca en la distancia
horizontal de los gestos verticales.
Todo es culpa sin culpable.
Todo es causa sin efecto.
Trastorno casual de las cosas
y trastorno causal de la propia existencia.


Me he perdido en  manuscritos
pasados, buscando palabras
adecuadas, tal vez la conjugación
perfecta del pretérito imperfecto
en la gramática del silencio,
o el adverbio del tiempo y lugar
en que no estás y todo desfallece.


Pero sólo encuentro esqueletos
enterrados en los viejos poemas
y una calavera parlante
sin alocución que llevarse a la boca.
Todo me induce a pensar
que tal vez, y sólo tal vez
la literatura también esté en los huesos
como la aceituna de tus labios
devorados por la soledad.

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