domingo, 20 de marzo de 2011

QUE CANTEN LOS POETAS

A mi amigo Mario Pérez Antolín con todo mi afecto, por tantas cosas que nos unen,
no dejes de cantar.

QUE CANTEN LOS POETAS.
Que canten los poetas, que no enmudezca su voz
y lleven siempre en su maleta de sueños, versos encendidos.
Que canten al sosiego de la tarde serena,
al fluir de las aguas cristalinas y el cortejo de los peces.

Que siempre caminen del brazo del fulgor misterioso
de la luna y sus luciérnagas estelares.
Que canten los poetas cada lágrima, cada beso enamorado,
y aquellos paseos melancólicos por el sendero de la soledad
cuando la sonrisa duerme en un rincón del alma.

Que no muera el eco de la voz de los poetas,
y su brisa embista aquellos farallones silentes
del murmullo cotidiano, donde muere la esperanza
acongojada y solitaria.
Que lancen su desprecio junto al tocador
donde suele maquillar la frivolidad
cada uno de sus gestos vacíos, disimulando
las arrugas que va sembrando en el alma.

¡Qué canten los poetas, sí!
Pues sólo ellos son capaces de gestar las palabras adecuadas
en su ritual de apareamiento con las musas.

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