miércoles, 18 de mayo de 2011

PENSAMIENTO CORTOPLACISTA, EL GERMEN DEL CEREBRO RELAJADO.


PENSAMIENTO CORTOPLACISTA, EL GERMEN DEL CEREBRO RELAJADO.
Al igual qué en el ajedrez, en la vida imperan dos tipos de actitudes originadas por la visión mediata de las situaciones o la visión inmediata de las mismas. La diferencia entre ambas es la que genera el pensamiento cortoplacista; la visión mediata de las cosas es aquella que nos hace prever con mayor o menor acierto las consecuencias a largo plazo, por el contrario la visión inmediata sólo nos deja ver las consecuencias más cercanas a nuestros actos o los actos de terceros.
En una sociedad como la actual, en la que todo nos llega con la rapidez del flash de una cámara fotográfica y nos abandona con esa misma rapidez, se genera el caldo de cultivo perfecto para desarrollar el pensamiento cortoplacista; nadie tiene o quiere dedicar más tiempo del necesario a analizar nada más allá del placer más inmediato, del beneficio más rápido y cómodo, el individualismo, la desidia, el total desinterés por adquirir una formación e información adecuadas que de alguna manera nos arropen ante la demagogia o populismo del más peligroso depredador de nuestra actual sociedad,  nos ha llevado a estos extremos: El político, una degeneración en el ADN humano, una mutación que llena nuestros espacios públicos de toda una variedad de Mrs. Hyde y sus cortes de aduladores o estómagos agradecidos.
La carencia de transparencia, la inexistencia de una sociedad civil organizada, el total desinterés del común por la réx publica y su día a día han transformado nuestra sociedad en un inmenso y dantesco espectáculo  donde el primer domador de pulgas sin más oficio que el beneficio personal o de partido, monta un circo y le crecen los enanos a miles. La crítica hacia la clase política es cada día (y con razón) más feroz, pero en esa misma crítica debemos incluirnos también nosotros, ya que nuestro silencio ante cada atropello institucional, ante cada injusticia o corrupción ha generado, o mejor dicho, ha degenerado a nuestra clase política.
Al igual que los ojos son espejos del alma, la clase gobernante de la nación suele ser un reflejo del conjunto de personas que forman parte de dicha nación. Tenemos lo que merecemos, y lo más triste es que seguiremos teniéndolo pues casi nadie es capaz de mover un solo dedo si no es en beneficio propio.

1 comentario:

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.