miércoles, 11 de enero de 2012

YO PERSIGO TU REMANSO




Yo persigo tu remanso
en el fluir de mi existencia.
A ti me acerco buscando,
fuente de toda indulgencia,
pues eres el camino
a tu Divina presencia.

¡Oh Padre altísimo!
Misericordioso redentor.
Acaríciame con mimo
el alma de trovador.
Que sea tu verbo mi trino
ya que tu palabra es amor.

Concédeme Señor tu calma,
bañando con tus quehaceres 
el torrente inquieto del alma.
Apaciéntame los deberes
que tu presencia me inflama
y me sublima las preces.

¡Oh altísimo Redentor!
que yo soy tu humilde cordero,
se pues Tú mi pastor
en las inmensas praderas del cielo.
Que en esta vida de dolor
tu presencia es mi consuelo.

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