jueves, 14 de junio de 2012

LA AURORA.

Hoy la aurora se viste de largo
enseñando sus senos incipientes,
y tal vez se retoque el maquillaje
en el espejo de cualquier
estrella trasnochadora apoyada
en la barra anónima de una cafetería
sin nombre definido, ubicada
en la plaza de los gestos retraídos.


Tal vez una fina cortina de oraciones
predispuestas al dialogo aburrido
y sentadas en el adoquinado
esperen el milagro inexistente de cada día
mientras las primeras golondrinas
hacen surf sobre el tejado escarchado
de soledad urbana.


Y quizás algún poeta despistado
intente conjugar en dos idiomas
el idioma del amor en clave surrealista,
alguna sátira que llevarse a los bolsillos
dos cuartetas para acompañar el día
y tal vez un sonetillo al hambre cultural.


El demagogo prepara sus aspiraciones
en un carnaval de discursos atrevidos
adyacente al lupanar de la res publicae
del becerro de oro y su procesionaria
con titulo señorial de segunda mano.

Dos gorriones despistados
controlan el tráfico aéreo
de las palomas que esperan ansiosas
la lluvia de pan del anciano
abandonado por la vida en el viejo banco
de madera deslucida a juego
con las arrugas de una vida gastada.
Una procesión de edificios
postmodernos salen en romería
y horario de oficinas
en la impudicia de su fealdad.
Los funcionarios celebran laudes 
y comulgan café con churros.
El sol despierta con el nuevo día
y ficha con  retraso entre dos cirros
oscuros, como las intenciones
de un atracador en paro
o las esperanzas de un parado
de larga duración en la cola del sepe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.