viernes, 8 de junio de 2012

CANTOS MALDITOS-CANTO XX

Aquelarre de huesos

bajo una lluvia

de sangre fresca,

como recién ordeñada

de una carótida despistada.



Himnos

de muerte,

fanfarrias de flautas

podridas,

aplausos de garras

recién estrenadas

sobre unas vísceras

calientes,

aún rebosantes

de vida agónica.



Cantos malditos

brotan de la garganta

desgarrada

del muerto viviente

paseando las estrofas

por la suave piel

del gusano,



¡oh, es tan erótico el gesto!

el gusano se contrae

 de placer

en el contacto

y muerde más carne muerta

para consumirse

lentamente

 en el orgasmo

del banquete.


Orgiástico laberinto

aquel

en que la vida consume



a

 la

muerte

y



 la muerte consume



a

la

vida

en

una



espiral dantesca.



Erecciones núbiles

en cadáveres

recientes

despiertan la humedad

lasciva de la dama negra.



¿Acaso no veis sus muslos

chorreantes de sangre

concupiscente?



Es la hora de la cópula

final, aquella

en que se entrega

toda la carne

con los ojos cegados

por el rígor mortis.



                                                                         El féretro

abierto de piernas.

¡Oh, que bella entrega!




La entrega definitiva,

la

total penetración,

el

orgasmo

categórico,

la eyaculación

de

efluvios

post mortem.



Los gemidos:



 insalubres,

estentóreos,

agonizantes.



Los besos:



Podridos

tumefactos

pálidos.



El semen

mezclado con sangre

sobre los muslos

letales.



Y

por fin

la

vida

engendra

muerte.

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