jueves, 29 de octubre de 2015

UNA BURRA Y VARIOS BUEYES EN MADRID


No presumo de ser un hombre muy versado en casi nada, ni pretendo serlo tampoco. Pero incluso yo sé que la tradición Belenística comienza en el siglo XII, aproximadamente en el año 1223. Año en el que un personaje cuya popularidad y ejemplo de vida trasciende hoy en día, procurándole no solo la inmortalidad de su recuerdo, si no también la santidad, decide celebrar la navidad de un modo algo diferente.
Sí queridos amigos, en aquel año un fraile algo loco llamado Francisco, (actualmente San Francisco de Asís) tuvo la ocurrencia de escenificar en la aldea de Greccio (Italia) el nacimiento de nuestro Señor con personas y animales (el primer Belén viviente de la historia). Es cierto que durante los primeros siglos dicha tradición se practicaba en los conventos, pero con el tiempo los franciscanos se encargaron de difundir esa tradición que aparece en España sobre el siglo XIV, y durante el siglo XV en Nápoles se elabora el primer Belén de barro dando comienzo así una tradición que al igual que nuestro querido santo ha cruzado las barreras del tiempo para seguir representándose en las celebraciones de Navidad año tras año. Recuerdo mi niñez con un enorme nacimiento (montado sobre una mesa de ping pong) que mi fallecido abuelo comenzaba a montar semanas antes de nochebuena con todo un surtido de figuras y paisajes con riachuelos improvisados junto al que toda la familia cantaba villancicos en aquellas fechas, recuerdo también a los vecinos y amigos de la familia año tras año visitando aquel enorme nacimiento que para sorpresa cada año cambiaba un poco en tamaño y escenificación e ingenio.
Pero parece que todos esos recuerdo tal vez queden en nada gracias al sectarismo de un movimiento que se dice político y democrático, siendo en realidad bastante más cercano al terrorismo asesino de ETA y los separatismos vasco y catalan que a los valores de democracia, libertad o humanismo. Es posible que sea más bien una de tantas medidas populistas que intenten despistar de la realidad de que su discurso ha quedado en corrupción, nepotismo y un fuerte tic totalitario sumados al estrepitoso fracaso de su gestión allí dónde para desgracia de la ciudadanía han conseguido “tocar pelo” para llevárselo todo y enchufar a todos sus amigos o parentela. Pero también es más probable que sea la hoja de ruta que siempre siguieron los defensores de esa nefasta ideología: el exterminio del cristianismo y sus valores para imponernos a todos su “año cero occidental.”
Lo único bueno de todo esto amigos, es que por mucho que se empeñe la Carmena en aplastar Belenes, mientras ella y los suyos estén por allí, siempre habrá una burra y varios bueyes en el ayuntamiento de Madrid.
Feliz día a todos.

de un modo distinto.

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