jueves, 10 de noviembre de 2016

LIBERTAD SIN IRA

Ayer Alemania celebró el 27 aniversario de la caída del muro de Berlín, un muro construido para evitar la fuga y convertir una parte de la ciudad en un inmenso campo de concentración, un gueto no muy distinto de los que Hitler construyo en Varsovia. Un inmenso muro destinado a hacinar seres humanos sometidos por el miedo, el hambre, la tortura y el asesinato.

Hoy se cumple el 80 aniversario de la masacre de Paracuellos, ocurrida entre el 7 de noviembre y el 4 de diciembre de 1936 con el resultante de 8.354 asesinatos, de los cuales 1000 fueron fusilados en un solo día (7 de noviembre), sin más delito que no ser afectos al régimen comunista imperante en la segunda republica. Una larga lista de persecuciones asesinatos entre los que debemos contar el genocidio religioso de 8. 622 seres humanos por su fe. El mayor genocidio religioso cometido tras Nerón y Domiciano el loco en la antigua Roma.

Ayer, los herederos ideológicos (y sus juventudes Twiterianas entre otros) de la democracia comunista de los MÁS de 100 MILLONES de muertos, de las chekas, del gulag, de la revolución cultural china, del año cero de Pol Pot, de los fusilamientos masivos en cuba y de mil atrocidades más sobre las que prefiero no extenderme volvieron a la carga tras el resultado electoral en Estados Unidos.

Parece que nuestros amigos no suman la cantidad deseada en Millones de muertos (siendo el suyo el mayor genocidio conocido en la historia de la humanidad), supongo que les parecen cortas las cifras de 45 MILLONES de muertos en China, el genocidio de 2 MILLONES de seres humanos (en una población de 6000 millones) en Camboya, los 62 MILLONES de seres humanos masacrados entre 1917 y 1987 en la antigua Unión Soviética, en Yugoeslavia la cifra fue de 1.100. 000. Podría seguir sumando Cuba, Venezuela, Yemen del Sur, Rumanía, Mozambique, Polonia, Hungría, Checoslovaquia, Laos, Corea del Norte, Angola, Bulgaria y muchos otros países y lista de asesinatos en nombre de la hoz y el martillo, en nombre de la maldita internacional que a día de hoy se sigue cantando impunemente, como quien canta una tonadilla alegre de primavera.


Supongo que lo que intento decir, es que ver a un comunista dando lecciones de democracia y libertad sería lo más parecido a ver a su difunto primo hermano ideológico Adolfo Hitler dando lecciones sobre derechos humanos. 
Lecciones las justas. 

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