domingo, 10 de junio de 2018


No, no hagas ruido al entrar en mi sala inquieta,
descalza tus palabras y mueve el pestillo con sigilo.
No, no abras la puerta de mis pesadillas en ésta tarde gris.
Ignora el humo que sale por el resquicio, no hay incendio
fuera de los límites de la cazoleta de mi pipa de cedro.
Entra en silencio, no aturdas la quietud de mis pensamientos,
tan sólo juego con mis fantasmas y escribo sus travesuras
hoy necesito que la lluvia me moje y resbalen mis recuerdos.
Tal vez pasear por mi cementerio de libros,
leer su fecha de defunción impresa con todo glamour Exlibris.
No te inquieten mis visiones fantasmáticas,
en ocasiones soy el convidado de piedra de mi existencia,
y como tal siempre llego tarde por no importunarme.
Deja que siga escribiendo epitafios sobre el aire
porque en ocasiones se despierta mi tristeza.


Imagen: Vanitas- Hans Holbein el Joven

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